viernes, 10 de febrero de 2012

La intervención psicológica en infertilidad


Estamos en un momento médico y sociocultural en el que el psicólogo poco a poco va introduciéndose en el sistema de salud para atender a usuarios con enfermedades crónicas, a grupos sociales específicos, a personas mayores, etc. Su incorporación en los equipos interdisciplinares es necesaria porque en los procesos de salud-enfermedad, el cuerpo y la mente van unidos y en muchos casos, el apoyo, consejo e intervención psicológicos permiten instaurar nuevas conductas de salud en las personas que padecen enfermedades, facilitan el afrontamiento positivo de los tratamientos médicos y sus resultados e incrementan la calidad de vida tanto de los enfermos como de sus cuidadores formales e informales. La infertilidad es una enfermedad crónica que, desde nuestro punto de vista, debe ser atendida en todas sus facetas, física y emocional, individual y, en la pareja. Durante este tiempo las parejas se sumergen en un proceso psicológico de “esperanza y desesperanza”,  “ánimo y desánimo”, de “ilusión o desilusión”. Como ocurre en otras enfermedades crónicas, la mayor parte de las personas suelen hacer frente a la situación por sus propios medios y fortalezas, intentando aprovechar las dificultades para un crecimiento personal. No obstante, paulatinamente pueden aparecer desajustes emocionales de origen ansioso y/o depresivo. Por todo esto, nuestra Unidad, Vidafer, ha manifestado tener la suficiente sensibilidad como para ir captando e incorporando estos cambios e ir también modificando sus objetivos y estrategias de intervención psicoterapéutica.