jueves, 19 de abril de 2012

La negación masculina


Las parejas se enfrentan a un obstáculo que solo podrán vencer juntos. Algunos negaran el problema. A menudo el hombre confunde su hombría con la capacidad de fertilizar y, por tanto, se niega a realizarse un espermatograma. Es decir, se niega a creer que él tiene el problema. En general, observamos que aproximadamente las causas de infertilidad se reparten a medias entre el hombre y la mujer. Asimismo, alrededor del 30 a 40% de los casos, existen causas combinadas, donde cada pareja contribuye con un pequeño inconveniente, como por ejemplo que la mujer no ovule todos los meses y el hombre con un pequeño descenso en la calidad y en la cuenta espermática, lo que conlleva a retrasar el tiempo en que usualmente se logra el embarazo, el cual es de 1 año en la mayoría de las parejas. Por tanto, cuando el hombre se niega a pensar que el tiene el problema y decide no realizarse el espermatograma como prueba inicial de evaluación de la infertilidad masculina, quedan sin estudiar alrededor de la mitad de las causas de infertilidad.
En general, cuando existe un factor masculino de infertilidad el estrés se incrementa. Indudablemente en estos casos se combinan varios factores, debido a que la connotación social de la infertilidad masculina es más amenazante y estigmatizante que la femenina. El hombre puede quedar marcado, disminuyendo su autoestima y aunado a una mayor dificultad para expresar sus emociones. Y, con frecuencia, la mujer reacciona con una actitud protectora hacia su pareja.